Entre los períodos más oscuros, y menos conocidos, de la vida de P. O.
Bogus se encuentra su etapa como comisario de Balvanera, donde era
conocido como "El tira poeta". Famosos eran sus informes de los triviales
delitos que, en ese entonces, se cometían en el barrio, los
cuales dictaba al escribiente en forma de romance. El ministro de
justicia, su protector, le recriminaba: "Bogus, decídase, la lírica o la
cana?" Contrito, el celebrado poeta acabó renunciando pues para él las
musas eran más importantes que la abogacía. Una pena. 
   De este período, extraemos el parte "La estrangulada", pionero sin
continuaciones en el género del romance policial verseado.  


La estrangulada
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A las ocho y diecisiete
se presenta el declarante
que dice dos puntos que
en ocasión de acostarse
con la víctima, la misma
semidesnuda en el catre
digo el lecho digo "qué?"
póngalo como usted sabe
vestía por toda ropa
las dos más íntimas "cuáles?"
ponga bombacha y sutién
"en francés?" como le cuadre
ya que del sutién se trata
y que le dijo "sacáte
el sutién" "Hacélo vos" 
"Qué querés?" "Que me lo saques"
"Me hago lío con el broche"
"Bobo, sacámelo, dale"
Y que quedando de espaldas
procede luego a sacarle
la prenda íntima y el broche
ofrece dificultades.
Que la víctima le dijo
"qué torpe sos" Que al forzarle
el elástico, se queja:
"No lo rompas, escucháme,
el broche tiene dos ganchos,
prestá atención, para amarme,
con sutil delicadeza
exijo que me los saques"
Que retoma su tarea
diligente el circunstante
"Te lo saco por arriba"
"No, no" responde la amante,
"has de hacerlo con cuidado,
no seas tonto, concentráte,
tenés que usar las dos manos,
el broche tiene dos partes,
desenganchá una por una
con índices y pulgares"
"Se me resbalan los dedos,
son los nervios, perdonáme,
por ser la primera vez
no podrías excusarme?
prometo que en el futuro
nunca habré de equivocarme"
"No habrá futuro, Raimundo,
si no sabés desnudarme"
Y volviendo a sus labores
se esfuerza Raimundo Gálvez
para quitarle el corpiño
a la víctima su amante.
"Puedo empezar por abajo?"
"Oh, no amor, vamos por partes,
pues yo soy como la luna,
la luna tiene dos faces,
la primera para verse,
la otra de adivinarse".
Dice Blanca tales cosas
que él no sabe contestarle.
"No me contestes, Raimundo,
y en el broche concentráte,
sólo te faltan dos puertas
con una única llave"
Las manos le transpiraban
a Raimundo el declarante,
se ha arañado las mejillas
por no dañar a la amante.
"Te lo pido por favor,
oh Blanca, no me desaires,
sacáte vos esta prenda,
tan difícil de quitarte"
"Está bien", le dice Blanca,
"está bien", y es frío el aire,
y en un segundo le muestra
cómo hacerlo con buen arte.
Tomó Raimundo el sutién
en sus manos, Dios lo guarde,
la angustia que lo colmaba
la circunstancia atenuante.
La estranguló con la prenda,
no duró más que un instante.
Firme aquí su confesión.
Firmaba: Raimundo Gálvez.