DÉCIMAS DE P. O. BOGUS
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   Durante más de cinco lustros, P. O. Bogus vagó
con una guitarra al hombro por todos los países latinoamericanos y
España desafiando a los juglares que encontraba en el camino a
interminables contrapuntos. Alimentóse con migajas y vivió de
limosnas. Pocos recuerdos quedaron de aquellas aventuras. Sábese,
sin embargo, que jamás consiguió vencer una payada, en parte porque la
extrema inanición en que siempre se hallaba lo llevaba a terminar
sus cánticos en la cocina, de donde lo echaban a guitarrazos. Las décimas
que aquí se recogen provienen de la tradición oral. Claramente,
algunas pertenecen a Bogus, y otras quién sabe a quién. 



P.O. Bogus se presenta
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Tengo una esposa magiar,
un hijo me nació aquí
y el otro que concebí
nació cerca de un glaciar.
Por fin, para completar,
por más raro que se vea,
nací en Cangas del Narcea
junto a minas de carbón;
por eso en la discusión
me enciendo como una tea.



He crecido en el suburbio,
en un barrio de almacenes,
de mosquitos y jejenes,
con el desagüe bien turbio.
En el medio del disturbio
me rajé para otras playas,
que en mi tierra los canallas
el poder habían tomado,
y pal terror implantado
no alcanzaban las agallas.


Entre Videla y Massera,
Viola y otros generales
en aquellos andurriales
se me hizo dura la espera.
Una vez, quién lo dijera!
paseando en Copacabana
me encontraba, una mañana,
con mi amigo el Marinero,
bailarín y milonguero,
comiéndose una banana.

Luego pasaron los años,
se me fue blanqueando el pelo,
de los hijos el consuelo
supera los desengaños.
Pero entre amigos y extraños,
entre destierro y partida,
se abre y se cierra una herida,
y el cuore un salto se lleva:
El Marinero y la Eva
reaparecen en mi vida.

Es así que de la Muerte
 canto ahora al que se escapa,
fue sin  espada ni capa:
duelo en que talló la suerte.
En la madrugada inerte,
en ómnibus solitarios
dormía ella su calvario
- y su retoño esperaba -
mientras afuera atisbaba
de la Parca, el vil sicario.




Eva a la muerte escapaba,
junto con su compañero
(al que llamé el Marinero)
el tiempo que les contaba.
A los dos por muertos daba,
cuando por el puro acaso
nos encontramos, y el trazo
de nuestra gran amistad
se estrecho en la libertad
que nos brindó el puro acaso.

En el Brasil, refugiados,
pasaron años sin suerte
pero lejos de la muerte
y, del terror, abrigados.
Fueron a Suecia exiliados
y ahí los perdi de vista
hasta ayer, pues Altavista
(tal vez Google) consultaban
y hete aqui que me encontraban
en internética lista.

La muerte no fue a mi casa,
parcero, mas la partida,
la terrible despedida
de tiempo en tiempo me abrasa.
Y haciendo la cuenta rasa,
 dos veces me desterraron
pues mis padres escaparon
de la España del caudillo;
no era yo sino un chiquillo
cuando en Vigo se embarcaron.



Es muy grande el desafío
de contar la propia historia
que, más o menos sin gloria,
comienza en viejo navío.
Tierno inmigrante que el  Río
de la Plata recibía;
Buenos Aires me ofrecia
la paz, los libros y el pan,
el buen fútbol y el gotán,
la amargura y la alegría.

Mi padre, que militante
de viejas brigadas rojas;
leía en gastadas hojas
un Bécquer emocionante.
De noche y día, constante,
las Rimas me recitaba
y entre ellas yo rasguñaba
unos versos lamentables
que él, con palabras amables,
condescendiente, escuchaba.

Crecí en la ciudad que amo,
altiva, ardiente, feroz,
la amé y la odié como a Dios,
por ella clamo y reclamo.
Buenos Aires, sos un ramo
de odio, pasión y  ternura
Buenos Aires, tu aventura,
tus cafés nobles y viejos;
Buenos Aires, estás lejos,
compensáme esta amargura.



Y cuando esto escribo, lloro,
lloro sí, como un boludo,
fingiéndome duro y rudo,
que pretensión! en el foro.
A Buenos Aires, que adoro,
vuelvo a veces y la encuentro
gimiendo siempre por dentro,
de dientes bien apretados,
los porteños amargados
desde el suburbio hasta el centro.


Mis décimas, las primeras,
fueron aquí mismo escritas,
corregidas y refritas,
tambaleantes o certeras.
Las reglas fueron severas
por lo menos al principio,
me lastimaba en el ripio
y en consejos punitivos:
evitar infinitivos
el gerundio y participio.



P.O. Bogus habla de la Vida
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En libros y manuscritos,
manuales de Biología
hoy me sumerjo, Mejía,
para responder lo escrito.
La Vida, leo y medito,
que nos angustia por irse
- despacio y sin despedirse 
o de repente, a traición -
segun la ciencia y razón
consiste en reproducirse.

Así, virus y bacteria,
el árbol, el musgo y alga,
ninguno hay que poco valga
fuera de regla tan seria.
Por más ansiedad e histeria
que al hombre a veces le viene
cuando siente que no tiene
mas jerarquía que el bicho,
es  en el terreno nicho
todo  cuestión de ADN.


Mas la pregunta no es vana,
porque, pensándolo bien,
es la Química, tambien,
honesta invención humana.
El hombre - sabio - profana
con el poder de su ciencia
misterios de la existencia,
mas subsiste una cuestión:
existiria Explicación
si no existiera Conciencia?



Así, es la Vida Consciente,
la que primero me intriga
y la que hace que prosiga
en este debate ardiente.
Darío, poeta vehemente,
la cantó con pesimismo
y yo, con cierto nihilismo,
la veo como un reflejo:
Sería la Vida un espejo
que reproduce a si mismo?


P. O. Bogus y la muerte
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La muerte que yo me sueño
es una muerte compacta,
sobria mi muerte y exacta
y gentil como su dueño.
La espero de adusto ceño
y mis cláusulas le digo:
que la quiero sin testigo,
que la quiero ciega y sorda
y una enfermera bien gorda
que, en el fin, duerma conmigo.


"Oh muerte tan rigurosa
déjame vivir un día".
Mas la Muerte no quería
dar ni una hora, celosa.
Corriendo fui hasta mi esposa:
"Echadme una cuerda, amada!"
Y la Muerte, despiadada,
con su tridente implacable,
cuando se me rompe el cable
se lleva mi alma, apenada.

(Variación sobre un famoso romance)






P. O. Bogus y devaneos Kantianos
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La Cosa es incognoscible,
dijo un viejito lituano
y el Entendimiento humano
la hace, apenas, comprensible.
Conocer sólo es posible
por el tiempo y el espacio,
que son humano prefacio
para el libro "Realidad".
A refutar tal verdad,
mi amigo, yo soy reacio.

Sin embargo, ya lo dije,
creo que aparece la Cosa
en forma  más misteriosa,
como la poesía exige.
Reconocer no me aflige
que, a través del Sentimiento,
hace la Cosa un intento
de colarse en la Conciencia
burlándose de experiencia,
de Razón y Entendimiento.




Si en estas exposiciones
no soy claro, compañero,
indague fuerte y certero
no temo sus aguijones.
Si preciso pizarrones
para demostrar teoremas,
sepa que en estos dilemas
me alcanza con la poesía;
Ataque amigo Mejia,
lo espero con otros temas!


P. O. Bogus habla de la Cosa y el Arte
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Cuando el hombre, de la Cosa,
recibe la rara esquela 
y, en pintura o espinela,
se refleja y alboroza.
Cuando siente que destroza
su ser, y la angustia espesa
o la alegria, le pesa
y con sus medios escasos
quiere traducir los trazos
del sentir: El arte empieza.


Cuando impotencia constata
en su poder de reflejo,
y ve con rabia el espejo,
y el mar y la catarata.
Cuando la sed no se mata
con agua, y la  cruel belleza
lo provoca con firmeza,
y observar no satisface;
el hombre hace y rehace
su labor: El arte empieza.

El arte es ser imposible,
como posible es la ciencia,
pues es la misma potencia
alcanzando lo inasible.
Una logra lo posible,
 otro hace intentos y gime;
una problemas redime
otro lucha con molinos.
Duros son ambos caminos,
pero uno solo es sublime.


Si no hubiera la presencia
de infinito en lo finito
no habría Arte, mas cogito
que, sin embargo, habría Ciencia.
Si al Arte asocio impotencia
no lo hago por ver si rima;
si el Arte alcanza una cima
el triunfo es siempre parcial,
por más noble y mas vital
sea la emoción que lo anima.

Pensemos, por un instante,
que La Cosa es como un sueño
que en reproducir me empeño
con este, mi Arte hesitante.
Si fuera yo más brillante
como pintor o poeta
alguna esencia secreta
sin duda le arrancaría;
pero jamas obtendría 
una victoria completa.

No, mi amigo, en Dios no creo,
pero creo en La Cosa En Sí
de la cual he hablado aqui
y que, por cierto, no veo.
En sus entrelíneas leo
a través del Sentimiento
y, con el Entendimiento,
me le acerco, sólo un poco.
La Gran Verdad, a lo loco
viene en ráfagas de viento.




P. O. Bogus explica su punto de vista sobre la Belleza
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La belleza - si objetiva -
de comparación deviene
con cierto ideal que detiene
valoración positiva.
La belleza es subjetiva
cuando el mencionado ideal
ya no es tan universal,
y se encuentra más restricto.
Hasta puede haber conflicto,
como hay entre bien y mal.

El tal ideal, sin embargo,
resiste las tentaciones
de claras definiciones;
y de eso hay que hacerse cargo.
Hay veces que un tiempo largo
en descubrir se demora
la razón que en cierta hora
nos llevó a ver algo bello.
Pero el perder tiempo en ello
es tarea tentadora.


Ni toda mujer es bella
ni toda flor es hermosa
La belleza es otra cosa
Siempre hay un modelo en ella.
Ese modelo se estrella
a veces, y otras se ajusta
con la que cosa que me gusta
o me disgusta, el modelo
Ah, ese vive en el Cielo!
como toda causa justa.


Bueno (puff...!) volviendo al tema
de belleza, tierra y cielo,
despues de tanto revuelo 
y tanto falso problema.
Para mí, este es el dilema
donde, creo, hay divergencia:
del sentimiento la esencia
que a la belleza acompaña,
en cuales aguas se baña?
y a quién debe su existencia?

Hay dos posibilidades:
Un sentimiento que luce
en otra parte, produce
la belleza y sus deidades.
El mar posee cualidades
porque se asocia a frescura
y la mujer hermosura
tiene gracias al amor.
Y que no hay razon mejor
para lo bello, quien jura?

Pero otra razón existe
que en describir me desvivo.
Queriendo ser objetivo,
 la espinela  me resiste.
Es ésta: que si subsiste
el concepto de belleza
no lo es porque su entereza
de otra cosa se deriva.
Ella existe sustantiva
y termina donde empieza.

Me salió con precision?
Digo que el concepto "bello" 
se genera solo y ello
no precisa asociación.
Pudo haber otra emoción
que le esté relacionada
pero  no le debe nada
a esa emoción en su origen.
Otras pulsiones no rigen
la belleza en su jornada.


No niego que en tu cabeza
- o en la mía - se produce
la percepción que conduce
a decir "Esto es belleza".
Mas lo que mi intuición reza
(y tal vez por tonto y lerdo
en las razones me pierdo)
es que lo bello, intangible,
a otro "ser" no es reducible.
Claro soy? Estáis de acuerdo?


Digo ahora que Belleza
no se reduce a Placer,
ni se reduce su ser
a amor, justicia o pureza.
No se reduce a Nobleza
pues a nada se reduce.
La Belleza se produce
cual concepto transcendente
por completo independiente
de algun otro que se cruce.

Y que se asocia (es la prueba)
de acuerdo con la ocasión
a una u otra pasión
que así consigo la lleva.
La otra emoción, vieja o nueva
puede  ser dulce o terrible,
pues a lo bello es posible
que se asocie lo tremendo.
Hasta la muerte - yo entiendo -
puede ser bella u horrible.


P. O. Bogus se rebela contra las reglas
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Pues no es que ahora la poesía
se ha convergido en trabajo?
Que perspectiva, carajo,
y que balde de agua fría!
Ya no te alcanza el día a día
para comportarte serio?
Cómo alcanzar el misterio,
la concisión y el humor
con ceño de gran señor
esperando el climaterio?


Veo yo con pesimismo
no de calidad la falta.
Lo que - para mí - resalta
es tétrico conformismo.
Lo que falta es anarquismo,
es en las reglas mofarte
ajustándote, con arte,
a una norma sólo tuya.
El que no la entienda, que huya
con la música a otra parte!

Imagínate un gran poeta
preocupado con el cero,
mendigando con esmero
un comentario berreta!
Introduce una pirueta
en un poema banal
y otro comentario igual
espera en la poesía suya.
No importa que nada instruya
o que sea lo mas trivial.

El cero! Que viva el cero!
Que viva el cero y que viva
todo poeta que reciba
ese número certero!
Ni el saludo zalamero
ni el comentario más chulo,
que a la envidia yo vinculo,
frialdad y desinterés!
Un cero por todo el mes!
Que viva el número nulo!



P. O. Bogus reivindica las reglas
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Raimundo, existe la norma.
Por ejemplo, un soneto es
cuatro cuatro, tres y tres:
no ha de ser otra su forma.
Pero al Arte no conforma
solamente esa existencia,
y ahí reside su esencia!
La norma - siempre presente -
es (a veces) inconsciente:
y la descubre la ciencia.

La regla, cuando es explícita,
define a la artesanía;
el Arte, libre, se guía
solo por la norma implícita.
La desviste, cuando es lícita,
del gran artista el cincel
y apenas la intuye aquel
que, contemplando la obra,
siente como ésta zozobra
en un gozo extremo y cruel.

Todo el Arte es libertad
porque es libre en su prisión,
cuyo limite y razón
desconoce de verdad.
Sabe la necesidad
- sí - de las reglas triviales,
mas los artistas geniales,
descubren que están abiertas
las inesperadas puertas
de prisiones y corrales.


Hay quien piense que poesía
es mostrar los sentimientos.
Pero es que hay otros portentos
que un buen poema querría.
Es concisión y armonía,
ausencia de redundancia,
fuerza, fluidez y elegancia
y, sobre todo, sorpresa.
Es libre, porque esta presa
la poesía en su fragancia. 


P. O. Bogus se entusiasma con la poesia
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Ni rima ni sentimiento,
la poesía es mucho más.
Ritmo y fluidez ademas:
palabras en movimiento.
Concisión: que gran invento!
Sorpresa: que maravilla!
Es la Palabra que brilla
en el poema, mi amigo,
que de sí misma es testigo
y en un espejo se humilla.





P. O. Bogus reivindica la poesia con rima
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Nosotros, los de la rima,
el lujo podemos darnos 
de reírnos y alegrarnos
con el lechero y su estima.
Pues el ritmo simple anima
y al corazón se dirige
sin el estupor que aflige
- a veces - al verso hermético.
Pero es claro que el estético
valor la rima no exige.

Nosotros, los de la rima,
pasamos por populares
pues vamos a los lugares 
haciendo mas grato el clima.
Pero es claro que la cima
de la creación y del arte
puede estar en cualquier parte.
Es la de nuestro poeta
o es la "poesia concreta"
la que puede emocionarte.

Nosotros, los de la rima,
podemos ser argentinos,
espanholes, trasandinos
(de Chile), México o Lima.
Y cuando el ritmo se anima
podemos ser portugueses
o cantar como franceses
las canciones de Rolando.
El vino nos va animando
el sembrar de nuestras mieses.



P. O. Bogus le da consejos a Raimundo
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Después, habla con su hermana,
con su madre, con su amiga.
Alguien habrá que le diga
que esta haciendo una macana.
Tu rabia esconde, que es vana
tenga o no tenga motivo.
Entiende  que el objetivo
único que debe guiarte
es a tu hijo acercarte:
no ha de haber otro incentivo.

No reivindiques, suplica,
cuando hables con las mujeres;
si pinchan con alfileres 
fingirás que no te pica.
Muéstrate manso y abdica
de decir "tengo razón";
demuestra que tu intención
tiene un único costado,
y ten cerca a tu abogado
para cualquier confusión.



P. O. Bogus y la muerte
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Muerte digna? Que sea en duelo
por la mas hermosa dama.
(No has de morir en la cama
si es ése tu grande anhelo.)
O no lo he entendido? Cielo!
Temes el ser inmortal?
Mas no hay hombre ni animal
que lo sea, Norje Lala!
Tierra empujara una pala
sobre tu tumba, al final. 


Bueno, ya me siento rancio
en la disputa barata
y no quiero dar la lata
con cuestiones de Bizancio.
A despecho del cansancio,
digo, por bien o por mal,
que de la vida la sal
es que un dia se termina.
No habria condena mas fina
que la de ser inmortal.


P. O. Bogus se consuela de sus multiples derrotas
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Mas, si del amor se trata
no ha de ser cuestión de jueces
ni de goles, ni de preces,
que el amor no se arrebata.
Pues ya se vio mucha ingrata
despreciando un vencedor
para - por causa de amor -
ni siquiera al mas hermoso
apreciar. Y al cariñoso
otorgarle su favor.


P. O. Bogus introduce cizaña en la honra de su contendor
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Una historia corresponde:
tú duermes junto a tu dama.
El que al teléfono llama
cuando atiendes, no responde.
Celos te atacan. El Conde
de Almaviva está en Valencia?
Habrá el Conde, en su insolencia,
telefoneado a tu hogar?
Cara la habrá de pagar
- ese noble - su imprudencia.


P. O. Bogus hace glosas sobre la ll y la y
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Dicen que se cayó Cayo,
que se cayó y que lloró
pero después se calló;
se levantó como un rayo.
Montaba un caballo bayo
este Cayo que ahora calla,
y - al caerse - el infeliz
se golpea en la nariz.
Pero consuelo luego halla.


P. O. Bogus replica a su joven amigo poeta, quien soñaba que 
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sus poesías fuesen leídas por una bella joven desnuda, en una
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atmósfera de amor y vino
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Esa joven que, desnuda,
lee tus poemas boca abajo
dice que es mucho trabajo 
y que precisa una ayuda.
Es que le ha entrado una duda
entre el hiato y el diptongo
y, con infantil rezongo,
más no poco sentimiento,
cuando contempla un acento
pregunta: Dónde lo pongo?

                            Sinalefa de tu boca
                            mi acento te quiere hiato
                            entre lo altivo y lo grato
                            cuando tu imagen lo evoca.
                            Tu donaire lo provoca
                            aunque sólo sea episódico
                            y, de ordinario metódico,
                            entre una y otra broma
                            - metamorfosis de coma -
                            abandona lo prosódico.



P. O. Bogus se siente frustrado
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Todos los días escribo
con la esperanza, que es vana,
de que surja una mañana
el poema que concibo.
Es así que me desvivo
por imitar a los poetas
pero mis rimas, sujetas
a torpezas naturales,
intentando ser geniales
nunca pasan de piruetas.

A veces pienso en la muerte
por decir algo profundo
y en metáforas abundo,
mas siempre con mala suerte.
Por más que el líquido inserte
de un veneno poderoso
o el latigazo gozoso
de un amor, o religión,
lo que sale es un ratón,
jamás un verso virtuoso.

Me subo a una silla y pongo
en el pescuezo una cuerda
por escapar a la mierda
del lastimero rezongo.
Ridículo como un hongo
- tengo una enorme cabeza -
en el medio de mi pieza
me arrepiento una vez más
del suicidio, y además
lo hago por pura pereza.

Por sentirme más moderno
me paseo en el verso blanco
y hasta en la fila del banco
garabateo al infierno.
Quisiera yo ser eterno
para ver si aprendo un poco
y casi me vuelvo loco
driblando al lugar común,
pero no encuentro ningún
espacio, y luego me apoco.

Por sentirme japonés
hasta anduve haciendo haikús
pero interpretaba sus
sutilezas al revés.
Ya compuse hasta en inglés
imitando a Shakespeare,
aunque es preciso que aclare
que lo hice con apodos
pues me dan vergüenza todos
los mil proyectos que encare.

Qué más les puedo decir
que me quieran escuchar?
Ni le sé cantar al mar
ni a las magias del sentir.
Cuando quiero discurrir
de lo dulce del amor
lo que sale es un horror
de versos fatuos y ripios,
gerundios y participios,
que olvidarlos es mejor.

Por eso me vine aquí,
al rincón del poema bufo,
donde el aroma es un tufo
que no evoca al alhelí.
Entre marginales vi,
expulsados del Parnaso,
al vate chusco y al guaso
y al trovador de la murga
y al que con sus rimas hurga
en la bosta y se abre paso.

Prometer, nada prometo, 
pues mi sendero es tortuoso
y, de puro aparatoso,
tal vez regrese al soneto.
A la Virgen de Loreto
me encomiendo, porque rima,
y abandono la tarima
que ya se va haciendo tarde.
Hasta el más tonto hace alarde
si un buen vinito lo anima.



P. O. Bogus plantea el dilema del sueño
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Habéis demostrado tanta
elocuencia en este juego
que a consultaros voy luego
una duda que me espanta.
En mi sueño un timbre canta
y me levanto, apurado,
a atender, llave en candado,
pero algo me despierta.
Quién estaba tras la puerta?
Había alguien de aquel lado?

Me digo: Si alguien había,
dónde estaba escrito el nombre,
y si era mujer u hombre
y qué intenciones tenía?
Un nuevo Inconsciente habría
más profundo que Inconsciente
donde el nombre de tal gente
- inaccesible - está escrito?
Y si nadie había (medito)
por qué el llamado insistente?


Si el sueño hubiera acabado
sin el despertar fortuito
el que llamó - yo medito -
se habría identificado.
Cuándo fue determinado 
el nombre del visitante?
En el mismísimo instante
en que yo abro la puerta
o un segundo antes de abierta?
Tal mi pregunta, anhelante.

Este sueño, más que mío,
es una cuestión abstracta,
sin emociones - exacta -
intelectual desafío.
Si me he metido en un lío
en explicarla, que sea!
No pretendo una pelea
ni entrar en largo debate.
No me anima el jaque mate
sino que la luz se vea.

Si caja cerrada viene,
digamos, por el correo,
su contenido no veo
pero hay algo que contiene.
Sin embargo, no conviene
- en el sueño - tal certeza.
Si está sólo en mi cabeza
la caja, y su contenido
aún no es conocido,
cuándo su existencia empieza?

No es leyendo a Freud (Sigmundo)
que hube encontrado respuesta
a pregunta tan molesta,
que habla del ser en el mundo.
La he buscado en el profundo
saber de un buen lacaniano,
pero su saber profano
me habló de instinto y lenguaje.
En fin, que este largo viaje
hasta ahora ha sido en vano.

Un físico amigo mío,
que es en Cuántica versado
de esta manera me ha hablado
cuando le expuse este lío:
"No le dé calor ni frío,
P. O. Bogus, su cuestión
que se encuentra en la sección
del principio de Incerteza".
Y tal teoría, con firmeza,
me expuso en el pizarrón.

No contento, consulté
a cierto amigo fisiólogo
que, siendo también biólogo,
algo sabría (pensé).
Pues mi amigo dijo que
existen en la corteza
tres niveles de grandeza:
la consciente, la inconsciente
y uno menos evidente,
al que llamaba Incerteza.

Ante tanta confusión
de mis amigos letrados
abandoné sus cuidados
y cambié de orientación.
Penetré en la discusión 
de adivinos y profetas,
y a sacerdotes y estetas
pregunté, con gran denuedo.
Y, finalmente, me quedo
con la opinión de los poetas.


P. O. Bogus y la paradoja del mentiroso
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De Epiménides de Creta,
de quien ahora les hablo,
ha dicho el apóstol Pablo 
que se trató de un profeta.
En epístola discreta
que le ha dirigido a Tito
no usa prólogo ni rito
el santo, para al cretense
tratar de bestia circense,
de mentiroso y maldito.

Pero, vayamos al grano.
De Creta la paradoja
cuento, si no les enoja
y no les parece vano.
Epiménides, profano,
pero sofista valiente
que todo cretense miente
enuncia en verbal pirueta.
Mas, siendo el sabio de Creta,
lo que ha dicho es evidente?

"Esta frase es mentirosa"
es lo que dijo aquel griego
y es la frase que os entrego
para vuestra rima o glosa.
Si es verdad tamaña cosa,
luego sería mentira;
y - si mentira -  no admira
que resulte verdadera.
Así es que en esta quimera
toda mente humana gira.