En su larga peregrinación por los más alejados horizontes como trovador desahuciado, P. O. Bogus fue perdiendo sus raíces. Pero volvió, como quien se desangra. Y - terco como era - se internó en las famosas peñas de Calamuchita, desafiando a diestra y siniestra a los más avezados payadores. Un día, en un torneo mediado por el célebre terrateniente Don Zoilo Landsgraf, éste propuso el tema "La vida del resero". En pánico, P. O. Bogus constató que nada recordaba de ese proverbial personaje de nuestras pampas, pero igual cantó de la siguiente manera: 1 No sé bien qué es un resero, pero supongo que es el que cuidaba la res en el pasado campero. Aún así cantarle quiero - contra la ignorancia lucho - mi resero será trucho pero me cuenta, en los sueños, sus cuitas, versos y empeños, que con atención escucho. 2 Yo me imagino al resero todo el tiempo enamorado, un facón en el costado y una cinta en el sombrero. Me lo imagino al overo - su caballo - hablandolé, y tratándolo de usté, pues respetando al llobaca para la oreja la vaca y al hombre le inspira fe. 3 En los tiempos del resero las vacas eran felices, no tenían cicatrices en las patas ni en el cuero. Cuando soplaba el pampero dormían bajo el ombú; el resero era el gurú, el tata, hermano y abrigo; bajo su poncho de amigo la vaca ni dice mu. 4 En los tiempos del resero en la pampa había perdices y, en el suelo, las lombrices lo gambeteaban al tero. Cómo brillaba el lucero! Qué misterio la luz mala! Recuerdos que nos regala la memoria, medio chota, lodazal que se alborota cuando metemos la pala. 5 Cuando se cruza el resero con un gaucho cimarrón éste le dice "Un malón se acerca por el sendero". Dice nuestro héroe "Qué fiero se viene el indio este año!" y a las vacas, por un caño, conduce hasta Marchiquita; respirando con pajita salvaba todo el rebaño. 6 Yo conocía un resero que era resero y rabino, por los Entre Ríos vino a Santiago del Estero. Redondito su sombrero, al prender la menorá se hacía tal claridá que a los lobos espantaba, y él, con su pingo, rezaba besando la mesusá. 7 Cosas que dice el resero: "No lo exploten al mensú!", "Cómo corre ese ñandú!", "Qué bien que canta el jilguero!" "Cómo moja el aguacero!" "Qué triste es esta vidala!", "Qué bueno es pitar un chala al añorar la querencia!" El resero es pura ausencia, y su milonga, baguala. 8 Qué vida la del resero! Qué vida tan solitaria! Cuánta historia extraordinaria, otra que tango y bolero! Fuiste amigo del hornero, tiniebla, ceibo y zorzal, supiste ser manantial de los versos más preciosos si a vacunos orgullosos conducías al corral. 9 Qué sombra noble el resero en nuestra pampa argentina! El recuerdo de su china lo tiene medio cabrero. Un ave de mal agüero le ha metido en la cabeza que no llegue de sorpresa de manera alguna al rancho, pues puede ser que un carancho se esconda bajo la mesa. 10 Ya vuelve a casa el resero, deja el pingo en el palenque pero, armado del rebenque, entra al rancho, justiciero. Lo para, bajo el alero, un amigo del ayer: "Rudecindo, tu mujer ya no disfruta ni sufre; sentís ese olor de azufre? el taimado es Lucifer!" J.M.M. 7/5/2