> > El poeta de la murga > -------------------- > > 1 > > Era una murga, la murga > Pegajosos del Farol > si no era de las mejores > tal vez no fuera la peor, > los trajes eran baratos, > el movimiento un temblor, > los tambores y los bombos > un trivial borombombón, > y el tragafuegos borracho > hace chispas con alcohol > gastándolo al transformista, > un honesto maricón. > > 2 > > Los del Farol, en los corsos, > hacen mediocre papel, > llegaban siempre atrasados > en un camión de alquiler. > El director, Don Vicente, > va vestido de mujer, > y, entre chistes de mal gusto, > da instrucciones a granel. > "Don Vicente, hay una carta, > parece que es para usted!" > El director desconfía. > Que será que puede ser? > > 3 > > La carta contiene versos, > versos de rimas procaces, > poemas que hablan de cuerpos, > de sus montañas y valles > de sus selvas y colinas > de sus lluvias, de sus aires, > del pudor conque se juntan > y que describen el arte > de tenerse y de pedirse > y las mil formas de amarse. > "Qué hago con esto?" Vicente > no deja de preguntarse. > > 4 > > Pero uno de sus cantores > que por acaso pasaba > le dice "Éstos son los cantos > que la murga precisaba, > Vicente estamos salvados, > con esto nadie nos para!" > Y los anónimos versos > el ritmo de murga ganan > y en los corsos desde entonces > todas las noches los cantan. > Las muchachas, con vergüenza, > ríen tapándose la cara. > > 5 > > Pa' entender la situación, > señores, tengan en cuenta > que esta fidedigna historia > era en los años cincuenta > y las minas más audaces > apenas muestran las piernas. > Los éxitos de la murga > sin prisa y pausa comienzan, > y los cantos que la animan > día a día se renuevan > pues el anónimo vate > manda más rimas secretas. > > 6 > > Se escandalizan los curas > y las maestras de escuela > y el comisario Albornoz, > las madres y las abuelas. > La Sociedad de Fomento > conspicua reunión alberga: > el cura Don Dositeo, > la maestrita Florencia, > el comisario, el cartero, > el sacristán de la iglesia, > el buen dentista, su esposa, > y el colectivero Heredia. > > 7 > > Todos están indignados: > Nuestras hijas, nuestras nueras, > nuestras hermanas y primas, > mancillada su inocencia! > Hay que encontrar al autor > de esos poemas sin vergüenza! > Mientras tanto, más laureles > la vieja murga cosecha, > sucios versos renovados > que todos los días llegan, > raros misterios de amor > entre las rimas perversas. > > 8 > > Acto público organizan > del barrio las vivas fuerzas: > los militares, las beatas > y los niños de la escuela, > reunidos en la placita > hacen su muda protesta. > Discursa el cura, el doctor, > la señorita Florencia. > Don Vicente, con su astucia > de bancador de quiniela > en su casa refugiado, > espera cartas y observa. > > > 9 > > Que no me falten los versos > del anónimo poeta, > dice Vicente en su casa > a su mujer, que se queja. > Se queja que todo el día, > en la calle y en la feria > la indagan las jovencitas, > la recriminan las viejas: > todas quieren conocer > al autor de los poemas. > Unas sueñan con los versos, > otras con los versos sueñan. > > 10 > > Al comisario Albornoz, > después de vanos intentos, > lo trasladan de aquel barrio > para un lugar mas discreto. > Antes de irse me decía: > "Qué fracasado me siento, > derrotado de un poeta > cuyos poemas ni entiendo." > Y el cura fue reemplazado > por un párroco mas viejo, > y el dentista, y el doctor, > y muchos otros, se fueron. > > > 11 > > Y por fin, por esas cosas, > las cosas que quiere Dios, > a la maestrita Florencia > la tisis se la llevó, > y, mientras agonizaba, > de esta manera me habló: > "Lleve estos versos, Martínez, > pongalós en el buzón > para que la murga tenga > de lucirse otra ocasión, > no diga que yo los hice, > lo promete?" Y se murió. >